FIN DE CURSO CUANDO TU HIJO TIENE TDAH
CARTA DE UNA MADRE
Hay cosas que no se olvidan.
Como cuando mi hijo pequeño llegó a casa. Tenía un añito y ya todo él era pura energía, alegría, ilusión, ganas de explorar… y recuerdo también cuando los abuelos decían; “mírale si no puede parar quieto”.
Ahora ya son 7 los años que tiene y, de algún modo, esa frase se ha vuelto literal “no puede parar quieto”. Diagnosticado de TDAH (impulsividad-hiperactividad), todo sigue siendo alegría, ilusión. Le gusta el fútbol, la música y hasta toca la guitarra eléctrica.
Pero he de señalar que hay cosas que cuesta olvidar porque se clavan en el alma y se hace difícil apartarlas a un lado. He de confesar que no se ha hecho fácil este curso escolar y, como muchos otros padres, mi interior maternal siente algo así como. “¡Por fin termina el cole! Porque hay cosas que duelen y mucho.
Duele el corazón cuando ves que parece que tu hijo tiene un amiguito, pero hay otros niños que le dicen “no juegues con él”, y al final aquel niño que mi hijo pensaba era su amigo, acaba por decirle “ya no voy a ser tu amigo”. Pero doy gracias porque ha tenido la suerte de encontrar otro amiguito, otro niño que, de forma anónima se ha convertido en mi héroe.
Duele el corazón cuando los médicos le recetan medicación para el TDAH porque es recomendable y le va a ayudar a mejorar tanto a nivel personal como social pero en el caso de tu hijo no se obtienen los resultados esperables y hay que retirarla. Pero, por supuesto, no te rindes y sigues trabajando el día a día para que aprenda a manejar sus emociones.
Pero mucho del día a día es en el cole, donde quedas a la suerte de que el profesor entienda y comprenda lo que es el TDAH en cuyo caso seguro que podrás obtener ayuda. Caso contrario, quienes no entienden o no quieren entender y ni siquiera reconocen los síntomas del TDAH, te verás abocado a recibir mensajes tales como ; “no respeta el turno de palabra”, “se levanta sin permiso”, “su sitio está desordenado”…..¿Y?
Y, en mi caso y por desgracia me ha tocado lo segundo. Y me pregunto: “¿Por qué nunca he recibido una llamada del cole para buscar cómo trabajar de forma coordinada?
Duele el corazón cuando siguiendo con el mundo de aquellos profesores que no entienden, no se preparan para entender, ni se forman en el tema a pesar de los cursos que se ofrecen al respecto, sólo te llaman para imponer sanciones. Sanciones en muchos casos injustas y, a mi parecer, inapropiadas como lo son, por ejemplo, 10 días sin patio (parece una adecuada sanción para un niño de 7 años TDAH). Me pregunto si en este tipo de casos, lejos de intentar entender la problemática de un niño se limitan a leer la normativa y a aplicar literalmente las sanciones, sin tener en cuenta la edad ni las características de la problemática que le pueda afectar, en este caso el TDAH, porque he llegado a pensar que pesan más las quejas de otras familias. Sí se entiende, sin embargo otro tipo de comportamientos inadecuados con otros niños. Pero en lo concerniente al TDAH parece resultar más sencillo y cómodo separarle del grupo, y no dejarle jugar en el patio con los niños de su clase sin buscar alternativas para su inclusión y aceptación en el grupo. Parece no importar que tenga 7 años porque según el protocolo del mal denominado “acoso escolar” que, por cierto, se aplica a su conveniencia, o del denominado “plan de convivencia” es aplicable tanto la edad sea de 7 o de 17.
Duele en el corazón cuando oyes a otros papás y mamás en la puerta del cole, llamar la atención a sus niños cuando se ponen en la fila junto al tuyo, o le mandan devolver un libro que mi hijo le ha dejado porque otro se lo había pedido tal y como pongo a continuación:
“Mamá, me lo había pedido él porque le ha gustado mi libro y yo se lo he dejado, no sé ¿por qué me lo devuelve ahora?”
-Has hecho muy bien dejándoselo
Porque yo sé que él se esfuerza.
Duele el corazón cuando un niño le dice a tu hijo que no puede invitarle a su cumpleaños porque si no, no irán menganito ni fulanito.
Y duele en el corazón cuando crees que ya queda poco y acabando el curso en el cole vetan a tu hijo y no le dejan ir a la excursión de fin de curso porque consideran que ha acumulado varias advertencias en los meses anteriores. ¿Y luego hablan de escuela inclusiva? ¿Y nos cuentan aquello del aprendizaje generalizado? ¿Hay mayor señalamiento público? ¿Alguien puede explicarme cuál es el carácter reparador y educativo de esta sanción? ¿El colegio considera que así puede reflexionar sobre su comportamiento un niño de 7 años? ¿Habrá conseguido dominar su hiperactividad un niño de 7 años tras reflexionar sobre el porqué de no ir a la excursión? Es más…¿se acordará de qué fue lo que hizo o qué pasó y será capaz de entenderlo?????
Duele el corazón….¡y mucho! Pero también me reconfortan las palabras de mi hijo cuando tras muchos esfuerzos, para que el curso fluya, y para ver si puede ir a la excursión, hablando con profesores, inspección, asociaciones, especialistas….. un día cualquiera cuando vas a acostarle te dice dulcemente, bajito y con voz de 7 años; “gracias por ayudarme con el cole”
Duele el corazón pero por fin termina el curso. Hay cosas que no se olvidan, pero yo quiero olvidar este curso. Quiero pensar en que llegan las vacaciones porque, gracias a Dios, mi hijo tiene otros círculos de amigos que le reciben con los brazos abiertos y con los que podrá disfrutar como un niño de su edad, como un niño de 7 años nada más.
Y al curso que viene…… “Cuando llegue ese río cruzaremos ese puente”
No obstante, confío y espero tener la suerte de que a mi hijo le “toquen” a partir de ahora esos profesores que entienden lo que es y puede suponer el tdah y podamos disfrutar de ello a pesar de las dificultades que sabemos podemos encontrar en el camino.
Ánimo a todos los que vivís situaciones similares que sé que sois muchos. Y acordaros que siempre tendréis el apoyo de asociaciones como ABUDAH dónde una mano amiga os ayuda a resolver dudas o simplemente os da un abrazo cuando lo necesitas.